Capítulo Celeste, Parte 4

-Entonces. . . ¿Cuando puedo volver a casa?- Preguntó Luna, y Nadir permaneció en silencio un buen rato, al fin anunció:
-¿Te apetecería ir a dar un paseo fuera? Aún no has visto las calles de Mendacium.
-No has respondido a mi pregunta. -Dijo Luna cabreada y Nadir adopto una expresión seria.
-¿Es necesario anunciar lo obvio? -Luna decidió que era mejor no ofender a el único ser humano que había visto en aquel extraño lugar, y se moría de ganas por salir fuera a ver como eran las calles.
-No, lo siento, me encantaría pasear.
-Entonces tendrás que cambiarte de ropa te puedes cambiar en esa habitación, coje lo que más te guste del armario- Luna se dio cuenta de que llevaba puesto el pijama y se fue corriendo a la habitación que Nadir le había señalado.
Luna salió de la habitación con una extraña ropa que parecía abrigar mucho.
-No. . . no he encontrado otra cosa.
-Tranquila así vas bien.
Nadir se puso un viejo abrigo grande y negro, y salieron a la calle. Lo que vio decepciono un poco a Luna que esperaba una ciudad normal o por lo menos una alegre y llena de gente por las calles, las casas que se encontraban apelotonadas en las desiertas calles eran bajitas y de madera, eran todas de distintos colores pero transmitían una desagradable sensación de profunda tristeza y el suelo estaba cubierto de adoquines amarillos, a Luna le recordaron a los que llevaron a Dorita hasta la ciudad de Esmeraldas y se pregunto si también le ayudarían a ella a volver a casa. Hacía muchísimo frío, el incesable viento golpeaba y zarandeaba los árboles que lucían de un verde muy vivo, pero lo que más inquietaba a Luna era el silencio que cargaba el ambiente.
-Esto es malo. -Dijo Nadir sombrío. -Sígueme
La agarró del brazo y la llevó corriendo entre las calles mientras se puso a gritar.
-¡Buttercup! ¡Buttercup! ¡Buttercup!








FIN DEL CAPÍTULO CELESTE.